HERMANOS
- Hoy hay mar de fondo, mira, ¿ves
esas ondas encima del mar?
- Sí.
- Pues si vas buceando, también está todo revuelto hacia el
fondo. Siempre hay un reflejo en la
superficie de lo que ocurre muy al interior, entiendes?
- Sí mamá.
- Cariño, ¿ tú puedes ver la belleza
de todo esto ? Los colores distintos en el mar desde la playa hacia adentro, como una alfombra de
lapislázuli y malaquita. Es
precioso.
¿Lo ves ? Y ese movimiento
constante.... Me encanta mirar al mar.
- Sí, sí, lo veo, mamá.
- Esta mañana, mientras estaba
sentada leyendo en la arena, os miraba. Vosotros dos corríais y saltabais por
encima de las rocas que deja ver la marea baja, alrededor de los charquitos.
A tu hermano y a ti.
Muy ágiles, pensé, estos chicos han
crecido mucho. Siempre juntos desde el principio de vuestro tiempo. Fue un momento
muy bonito, ese inmenso mar que se abría en la bahía, el cielo muy limpio, el
faro al fondo y ese enorme sol brillante de esta tierra cálida de lagartos.
No hace nada estabais ahí al lado, en
la pequeña playa, gateando y comiendo
arena a puñados, y ahora han pasado ya más de cinco años.
El paso del tiempo...
Sabéis, es una enorme, grandísima
suerte tener un hermano gemelo, es muy especial. Alguien que va contigo desde
el comienzo, entendiéndote con una complicidad tremenda, cuando seáis mayores
lo entenderéis mejor. Tenéis que quereros mucho. Lo sé. Cuidad ese cariño
siempre, como un preciadísimo tesoro de un pirata.
- Mamá
- Dime cariño,
- No siempre hemos estado juntos. Ya
te lo dije.
Tengo hambre.
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