- Hola cariño, buenos días, ya es hora de levantarse...
- Mmm, déjame, cinco minutitos más ...
- A ver qué te doy unos achuchines... pero si estás todo calentín... ay
ay ay ...qué piel más suave en este cuello y tu espalda ... Vuelve del
otro mundo que te espera un zumito de naranja.
- Mira mamá, Susu hace así cuando se despierta, estira las piernitas, y
luego así, levanta la cabeza, y luego se sienta y con la patita de
adelante se rasca aquí en las costillas. Y luego ya está.
- Genial, Susu sí que sabe... Se llama Yoga.
Tendríamos que encontrar en nosotros mismos ese cambio de chip, de
estar en completo reposo, dormidos y de repente, saltar una tapia de
tres metros, como un gato.
Muchas de las posturas de Yoga están
inspiradas en animales y en la naturaleza. Tú has hecho ahora el perro,
la cobra... y aún sabes más, la tortuga, el árbol, el saludo al sol,
el escorpión, el águila...
- ¡ Mira esta !
- Sí...la rana. Muy bien. Ya estamos listos, venga, vamos a vestirnos y a tomar un buen desayuno que ya está preparado.
- He soñado que ahí arriba encima de tus discos había un "transformer",
voy a subir a ver si es verdad. Los sueños a veces se hacen realidad. ¡
Me lo dijiste tú !
- Sube, mira a ver.
- ¡ Sí ! Mamá, estaba ahí, se cumplió mi sueño ¡ bieeeen !
- Qué bueno. Vamos, que vamos a llegar tarde.
- Mamá..
- Dime ratoncín,
- Yo no voy a cambiar nunca nunca a esta mamá, ni a papá, ni al abuelo, ni a la abuela.
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