- ¿ Has visto qué bajísima está hoy la marea ? El agua está muy lejos,
mira todo ese fondo que siempre está cubierto de agua. Y huele a mar
intensamente, ¿ Te das cuenta ?
- Sí, huele a pescado.
- Sí,
mucho, a marisco, a bajío. Los pesqueros ya han regresado de la faena de
hoy, mira, aún está ese barco rojo que vemos llegar a estas horas al
muelle.
- ¡ Mira mamá ! ¡ Es Buen viaje !
- Es verdad, ahí está. Pero, qué hará por aquí... él vive en La Punta,
yo sé quién es su dueño. Ay qué perrita, le encanta la gente, siempre
anda por la playa, como libre, se acerca a todo el mundo, entra en los
bares, te pone sus patitas encima...
- Tiene una chapita colgando de su cuello.
- Sí, pone su nombre, Buen viaje, y también pone "No me des nada de comer". Quizás está un poco enferma.
A ella no le gusta estar atada, le gusta la libertad, hacer amigos, probar cosas nuevas, oler el viento y meterse en el agua.
- Entonces a mí también me gusta la libertad y no estar atado.
- Bien hecho. Nunca dejes que nadie te someta cariño, tu cuerpo es tu
gran tesoro, tu templo. Nunca debes ceder la soberanía de tu cuerpo a
nada ni a nadie. ¿ Me entiendes ?
- Sí, sí. Que yo hago lo que quiero con mi cuerpo, que nadie me manda.
- Eso es. Ahora, hasta que sepas distinguir lo que te conviene, tienes a
tu mamá, a tu papá, pero después cuando sepas lo que ya es bueno para
ti, lo harás tu mismo. Capacidad de discernir se llama...
- Mamá, ¿ te acuerdas cuando Susu perdió su primera vida ?
- Pues sí, tristemente, me acuerdo, pobrecito, casi muere.
- ¿ Sabes ? No fue Martín sólo el que se lo hizo, lo hicimos entre los dos.
- No me digas... yo pensé que había sido él.
- No. Fuimos los dos.
- Está bien que lo digas Nicolás, no debemos culpar a otro de cosas que
hemos hecho nosotros también. La verdad es que el gatín estuvo más
muerto que vivo durante unas horas, yo pensé que no remontaba... gracias
a la enorme cantidad de vitamina C que le dimos, ¿ te acuerdas ? Qué
poder tiene la vita C...
- Sí, con la jeringuilla, muchas veces, y yo luego le di muchas veces más.
- ¡ Madre mía ! Estuvo en shock un par de horas... Pero, yo todavía no sé lo que le hicisteis, ¿ Qué fue ?
- Bueno, yo me acuerdo de todo lo que pasó, menos de alguna cosa de la
que no me quiero acordar mamá. Es que nosotros somos un poco
inconscientes.
- Desde luego... tú lo has dicho. Pero ahora ya no
volverías a hacerle daño, ¿ verdad ? Eso no está nada bien. Ya sois más
mayores. No puedes hacer a nadie lo que no quieras que te hagan a ti. Ya
sea una persona, o un animal, ¿ ok ? ¡ Ni siquiera pensarlo !
- Ok. Vale mamá, no te preocupes. Vamos hasta el laboratorio, Buen viaje está allí.
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