Asturias entre la bruma, entre la humedad persistente y entrometida,
entre el orballu imperceptible, entre la verdura de los montes que se
lanzan al mar cuajados de helechos y eucalipto, el olor. . . la
primavera indiscreta en colores y formas.
Un te, un enorme ventanal y una música para el alma que me llevan a Inglaterra.
Y ya vendrán los días de playa, toalla y bikini.
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